POSICIÓN EN CROL

Cuando nadamos, nuestro cuerpo ha de estar en una posición de forma que el agua nos frene lo menos posible, o dicho de otra forma, que nuestro cuerpo ofrezca la menor resistencia posible al agua.






Las marcas mundiales de los nadadores es atribuida más a la disminución de la resistencia creada por los nadadores que al aumento de la propulsión hacia adelante. Prueba de ello son los famosos bañadores trampa que minimizaban al máximo la resistencia al rozamiento y aumentaban en gran medida la flotación (la posición horizontal).

Conceptos a tener en cuenta para esta posición hidrodinámica: la alineación horizontal, la alineación lateral y el giro del cuerpo.

La alineación horizontal del cuerpo consiste en una posición lo suficientemente horizontal o plana. Si dejamos que nuestros pies y piernas se hundan demasiado aumentará la resistencia al avance. Igualmente ocurrirá si levantamos demasiado la cabeza y los hombros.

La profundidad idónea de los pies es aquella que el pie iguala o supera ligeramente la profundidad a la que se encuentra la parte más hundida del torso es decir el pecho. Alley (82) demostró que el batido de 30 cm. de separación era el más efectivo teniendo en cuenta también a todo lo dicho que un batido demasiado corto va a perjudicar a la estabilidad.

En el caso de los triatletas llevan la cabeza con el agua a la altura del nacimiento de los ojos o la llevan de tal manera que los ojos enfocan hacia adelante y abajo. Según Clarys (78) la resistencia al avance por una posición demasiado baja de la cabeza aumenta entre un 25 y 30 %. Sin embargo vamos observando últimamente cierta tendencia por parte de los nadadores de piscina y de aguas abierta a ir con la cabeza más baja.

La alineación lateral está muy determinada por las fluctuaciones que hace nuestro cuerpo como consecuencia del movimiento alternativo de nuestros brazos es la posición que representa la necesidad de que hombros, cadera y piernas se mantengan dentro de la anchura del cuerpo.

Cuando el nadador da una brazada con el brazo derecho su cuerpo tiende a irse hacia la izquierda y cuando lo hace con el izquierdo su cuerpo se va hacia la derecha. Si tenemos en cuenta que primero es brazo derecho e inmediatamente después el izquierdo el efecto que se produce será un continuo zigzag lateral del cuerpo. Estas oscilaciones laterales se hacen más evidentes si observamos al nadador desde cierta altura. Por lo tanto todo movimiento inadecuado de los brazos; como un recobro lateral, una entrada cruzada o mirar hacia atrás al respirar, va a provocar una pérdida de alineación lateral.

Esos movimientos laterales hacen que la resistencia al agua aumente de forma considerable y por lo tanto se pretende que la alineación lateral sea lo más recta posible.

Y no sólo eso, todos estos movimientos laterales serán energías gastadas lateralmente, es decir, mal gastadas pues debemos minimizar esto para que las energías vayan en dirección hacia delante que es la dirección a la que queremos ir.

Uno de los factores que pueden corregir la alineación lateral del cuerpo es el giro del cuerpo y el movimiento de brazos, especialmente en la fase de recobro o recuperación.

Un cuerpo plano en el agua tiene flotación pero aumenta su resistencia, un cuerpo lateral disminuye la resistencia pero su poca base de apoyo en el agua y el peso acumulado en este apoyo hace que se hunda. Por lo tanto como diría Aristóteles busca el “justo medio” y este está en torno a esos 45º. Si no mira los ángulos de ataque de los barcos de regatas tipo Americans cup.

Las consecuencias de no realizar un correcto giro del cuerpo son varias:

- Una mala alineación lateral con el aumento de la resistencia frontal

- Una inadecuada recuperación de los brazos ya que los brazos deben girar lo suficiente para que los hombros sobresalgan del agua, hasta que la mano haya entrado en el agua. Hay que destacar que si el recobro no es adecuado es muy probable que existan molestias de la articulación del hombro.

- Una ineficaz respiración ya que no se tomaría de forma adecuada el aire.

- Una tracción también insuficiente ya que la posición del brazo en fase acuática no será la adecuada.

- Movimientos laterales con la consiguiente mala distribución de energías.


Tras todo este jaleo de indicaciones para llevar una posición correcta en el nado intentaré resumirlo y ponerlo muy clarito.

Es necesaria una posición horizontal. Esta se consigue bajo mi opinión y según veo ciertas tendencias metodológicas hoy en día con una buena alineación de la cabeza y una gran relajación del cuello y hombros en dicha posición. Por lo tanto ya no hablamos de una cabeza inclinada sino más bien en proyección al cuerpo y una mirada más vertical al fondo. Una cabeza elevada y un cuello rígido provocará que los pies se hundan.

Una posición a 45º la cual se consigue situando un hombro y parte de la espalda fuera del agua. Un ángulo mayor provocará que nos hundamos.

El cambio de lado vendrá por un giro de la cadera y no por un pataleo o un giro simple de los hombros.

Así que… cabeza alineada en la horizontal, cuello relajado, cuerpo 45 grados y gira ayudándote de la cadera.